En este post sobre arquitectura funeraria, os presentamos en este cuatro ejemplos en distintas poblaciones de la provincia de Málaga. Todos ellos han seguido un patrón parecido: conocimiento del lugar y la historia, idea de proyecto dibujada, prototipo manipulable y ejecución.
Uno de los grandes miedos del ser humano es la muerte, una incertidumbre mayor hoy en día si cabe por la situación provocada por la pandemia.
Desde la serenidad y el amor, poco a poco, vamos preparando nuestros espacios personales, familiares o institucionales, donde recordar a los que van faltando en nuestra vida.
Crear esos lugares es también un reto arquitectónico que se nos ha ido planteando con distintos proyectos estos últimos años. Son procesos emocionalmente intensos apoyados en una empatía cliente / técnico si cabe más necesaria.
Arquitectura Funeraria en Mollina: Los nombres de la Memoria
Hace una década recibimos este encargo en el pueblo de mis raíces familiares, donde la Guerra Civil dejó muchas víctimas sin reconocer. Con el consenso de todos los partidos representados en el Ayuntamiento (muy importante para cerrar heridas) se eligió un espacio a la entrada del Cementerio. “Recordando una tapia que se distorsiona y retuerce por los disparos recibidos, esta se alza al cielo estrechándose. Y lo más importante: Los agujeros de las balas reciben flores en toda su dimensión como símbolo de reconciliación”.
Arquitectura Funeraria en ISTÁN: EL AGUA DE LA MEMORIA
Si hay algún pueblo verde y donde el agua es el protagonista, ese es Istán; sus escarpados cerros y naturaleza exuberante dieron forma a otro memorial por los desaparecidos en la Guerra Civil que no han sido localizados. Agua, agua, agua …
Agua, ¿dónde vas?
Riyendo voy por el río
a las orillas del mar.
(extracto de poema Federico García Lorca)
“Fuentes verdes concatenadas como cascadas nos recuerdan el río de la vida, el ciclo de la naturaleza y la debilidad y ligereza de la vida”.
Arquitectura Funeraria en ALAMEDA: EL LUGAR DE LA MEMORIA
Haciendo honor a su nombre, flanqueado de chopos y álamos, rodeado de sus lomas rojiza tierra fértil inundado de olivares y con una industria maderera clave para el desarrollo de sus habitantes, recibimos un nuevo encargo para recordar a los ausentes no localizados en la Guerra Civil en Alameda.
“Un simple basamento geométrico y esos esbeltos álamos queriendo llegar al cielo conforma la idea de proyecto, creado con producción local (kilómetro 0)”.
MARBELLA: MAUSOLEO DE LA MEMORIA
Tras un fallecimiento inesperado de un familiar, recibimos el encargo de una pequeño mausoleo para 6 urnas. Querían tener un espacio personal e íntimo donde serenamente recordar y dejar preparado un lugar para un futuro, que al final siempre llega.
“Acabado textura acero cortén , alabastro orientado al este buscando la luz tamizada y una vidriera reticular confrontada, conforman el proyecto. El interior cuenta con un altar elevado donde colocar una pecera invertida y las urna. Un espacio longitudinal delantero invita reposar y meditar desde la calma, el silencio y la privacidad”.
CANCIÓN DE LA MUERTE PEQUEÑA
Prado mortal de lunas
y sangre bajo tierra.
Prado de sangre vieja.
Luz de ayer y mañana.
Cielo mortal de hierba.
Luz y noche de arena.
Me encontré con la muerte.
Prado mortal de tierra.
Una muerte pequeña.
El perro en el tejado.
Sola mi mano izquierda
atravesaba montes sin fin
de flores secas.
Catedral de ceniza.
Luz y noche de arena.
Una muerte pequeña.
Una muerte y yo un hombre.
Un hombre solo, y ella
una muerte pequeña.
Prado mortal de luna.
La nieve gime y tiembla
por detrás de la puerta.
Un hombre, ¿y qué? Lo dicho.
Un hombre solo y ella.
Prado, amor, luz y arena.
(Federico García Lorca)
Pablo García Moreno
